lunes, 5 de octubre de 2015

El porvenir de un hijo es siempre obra de su madre.











El problema del sistema educativo es que te convertís en lo que estudias, hasta ese punto llega el poder transformador de la educación, si estudias abogacía te convertís en abogado, pensas, vivis, actas como abogado. Hasta en la forma en que un abogado hace preguntas se nota su formación académica ya que aquí en Latinoamérica seguimos el método Napoleónico y los anglosajones en cambio memorizan toneladas y toneladas de casos jurídico que marcaron antecedentes para ver si se quebranto o no la norma haciendo imposible que un abogado concluya sus estudios en 4 ó 6 años como los abogados latinos y menos como estudiantes a medio tiempo. Quizá aquí este la clave de nuestra débil justicia, pero claro ya es un supuesto.


La corrupción no tiene amigos, tiene cómplices y en un país tan corrompido como el nuestro tiene toda la lógica del mundo que la ciudadanía pueda ya predecir las explicaciones de sus representantes sobre el fracaso de la educación.

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