En esta época
del año, vacaciones, nunca está de más
ponernos a meditar acerca del tiempo.
¿Qué es el
tiempo? Sencillamente es “algo” que existe, que debe su existencia mejor dicho
a “algo” completamente ajeno a su naturaleza y me explico. El tiempo es inmaterial,
intangible y para muchos incomprensible o como decía San Agustín: “Cuando no
pienso en tiempo lo entiendo, pero cuando empiezo a razonarlo me pierdo.” Por
otra parte el tiempo en si no tendría sentido sin la materia, es decir lo tangible.
Si no hay materia en el espacio, entonces no hay tiempo, categóricamente.
El tiempo es
como una crónica, de ahí el nombre en griego Kronos, es un relato escalafonado
y a cierta frecuencia de lo que le ocurre a la materia, eso es el tiempo. Por l
tanto se podría decir que no existe cosa más de mundo que el tiempo mismo, ya
que incluso por la definición dada es “algo” codependiente.
Nuestra comprensión
del tiempo fue modificándose, sufrió sendas metamorfosis desde los primeros calendarios y relojes
lunares hasta los solares. ¿Qué vendrá después?
La vida misma
demuestra todo lo anteriormente mencionado. Como el susodicho versículo bíblico: "Recuerda que polvo
eres y en polvo te convertirás". (Gn. 3,19). La vida es un ciclo, cuándo
nacemos nos cuesta ver, cuando llegamos a la ancianidad también, de bebes nos
cuesta movilizarnos, de grandes también, el recién nacido es muy irritable, el
anciano también.
El paso a paso,
el tic tac implacable de este fenómeno que nos habla día a día tiene un mensaje en
particular para cada uno de nosotros, es cosa nuestra entablar un dialogo con
el o no hacerlo, después de todo no existen predicamentos al respecto.
Soy de los
que cree que el tiempo de cada uno, como si se tratara de un partido de ajedrez,
es tan único e irrepetible como ninguna otra cosa que la vida misma.Boby
Fischer solía decir que era imposible que haya un partido de ajedrez igual a
otro, imposible, debido a las variables tablero, jugadores, piezas y por sobre
todo el tiempo. Creo que por lo anterior decidió tener un entierro bajo el
ritual católico.
No hay rival
en la tierra más fuerte que el tiempo, la historia lo demuestra, Lawrence Alma-Tadema un
genial pintor holandés que vivió en el siglo XIX, muriendo en 1912, vio decrecer su fina reputación artística año
tras año llegando a vender su última
obra de arte por míseras 20 libras, unos 400 dólares de la actualidad y en noviembre de 2010 esa misma obra fue vendida por 36.700.000
millones de dólares, pero este al menos vendió, Van Gogh otro holandés errante murió
sin vender un solo cuadro.
Borges fue
una leyenda viviente en Buenos Aires,
aunque soy de los que cree que si hubiera sido contemporáneo nuestro habría sido
un escrachado social, un pez frito antes que el pez fuera del agua que fue la
mayor parte de su vida.
Existe un
hermoso salmo, el 89, en que el rey David exhorta a Dios a que nos enseñe a calcular nuestro años, creo que esa
es la manera más sensata de enfrentarse
a lo implacable.
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