“Si Steve Jobs hubiera vivido en
China creo que no habría triunfado. La cultura china enfatiza mucho alejarse de
los extremos, mientras que Jobs era en
extremo perfeccionista”. Fueron
las palabras textuales del magnate de la informática china Lei Jun, CEO y fundador de XIAOMI, el gigante de la comunicación
digital del imperio celeste. Pero tanto el nombre de Lei Jun como el de su
inmensa compañía proveniente desde el lejano oriente nos suenan muy pero muy distantes.
Así como estamos presenciando cuatro grandes crisis materiales: económica, ambiental,
alimentaria y energética, cabe la posibilidad de estar ante una crisis
consistente en una sobreabundancia de medios pero escasez de objetivos, como
vaticinaba Einstein años atrás, ni más ni menos, en eso consiste esta crisis.
La metáfora más frecuente para describir y explicar una
crisis es el de “la burbuja” es silenciosa, ascendente y sobre todo es muy
difícil predecir exactamente cuándo explotara, pero lo único seguro es que lo hará.
De la misma manera en que algunas cosas materiales o intelectuales cobran cada
vez más y más valor, igualmente surge el riesgo del desmoronamiento o como el susodicho refrán dice: “todo lo que sube, tiene
que bajar”.
Son cada vez más los “entendidos” economistas como Nieles Ferguson, inversionistas de la talla
de George Soros e incluso estadistas de
clase mundial como Hans Rosling, etc. todos aseguran que el fin del imperio americano
esta cada vez más cerca. ¿Qué vendrá después?
Todo apunta hacia China.
¿Cuándo, cómo y
cuáles serán los efectos previos y póstumos al relevo de poder? Así como la
gran depresión económica de 1929 contribuyo enormemente a sentar las bases del nuevo desorden mundial,
¿será esta burbuja tecnológica y económica el caballo de Troya que el imperio
chino está introduciendo a occidente con
la característica paciencia y prudencia de la sabiduría Zen? El tiempo lo dirá.
Hay tantas cosas que desconocemos de oriente, no solo a sus líderes
como Lei Jun, el Steve Jobs Chino, sino también su filosofía, historia, lenguas,
creencias, etc. Todo esto conforma el arquetipo básico de una civilización, que
se expresa con la materialización de sus pensamientos como sostenía Carl Marx.
Origen y evolución.
Charles Darwin decía que
la especie más fuerte no era necesariamente la que sobrevivía, sino la que se adaptaba mejor,
esto se cumple con el implícito mensaje de Lei Jun. Habrá un periodo de recombinación y
retroalimentación cultural como nunca antes se ha visto en la historia de la humanidad.
Esto es necesario para el fortalecimiento y adaptación del modelo de sistema
que triunfe.
Paulatinamente se verá
más pronunciada la metamorfosis de esta
era digital que cada vez más se distingue de la breve era industrial. Es decir,
la simbiosis intelectual, ira cobrando forma, solo que será de una forma
distinta a la que muchos pensaban.
Una vez más el mundo nos demuestra que ni toda una civilización
por más poderosa que parezca, no basta
para dominarla, aunque también, eso lo hace más interesante.
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