Una metáfora muy particular pero apropiada para explicar la decisión
del papa sería la de la ola, un buen surfista es aquel que discierne el momento
adecuado para montar una ola y por sobre todo para bajarse de ella, de lo
contrario se puede ahogar. Otro ejemplo análogo seria el del capitán de un
barco que distingue el limite justo al cual debe estar separado de la orilla,
si no su nave se undiria. Limites siempre limites, nuestro tiempo es limitado,
nuestros recursos materiales, la vida es así.
Ya puedo imaginar a escritores conspiracioncitas como Dan Brown,
babeando en sus escritorios, haciéndose la película de los “por que” de la
renuncia de Ratzinger. Es decir, como si un rayo bastara como para simbolizar una conspiración en las entrañas de
la santa sede.
Si hay algo que este papa demostró es que no le importa el poder,
con este gesto lo demuestra, estaba entre los diez hombres más poderosos del mundo,
solo que era una posición que nunca aspiro. Pero claro, hasta
esta renuncia,este despojo, mucha gente lo ve como falsa humildad.
La decisión del papa
se contrapone mucho a la mentalidad triunfalista y ególatra de nuestro tiempo.
La gente siempre supone y dice” y ya por
algo habrá dejado” ni el papa se libra de “suposiciones”.
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